La Masonería es una institución filosófica, filantrópica y progresista a nivel internacional con alrededor de 300 años de antigüedad cuyo objetivo máximo es estimular el perfeccionamiento moral e intelectual de hombres y pueblos buscando obtener la fraternidad universal; o más escuetamente, es una escuela formativa de hombres. Es una fraternidad que une a sus miembros con un vínculo de armonía, verdad y amor fraternal, que trabajan indefinidamente hacia la conquista del progreso y de la libertad, que se consagran al estudio de las leyes de la naturaleza con el fin de ser útiles a sus semejantes y que cooperan al perfeccionamiento de la humanidad. Podríamos definirla como la institución orgánica de la moralidad más absoluta, comprendida como uno de los elementos del ideal de los hombres. Su objeto es combatir la ignorancia, el vicio e inspirar amor a la humanidad. Sus principios son la moral universal y la ley natural, dictadas por la razón y definidas por la ciencia. Proclama como principio fundamental la creencia en la existencia del Gran Arquitecto del Universo, origen de todas las cosas, y en la inmortalidad del alma, pero no admite más diferencia entre los hombres que el mérito y el demérito y no rechaza a nadie por sus creencias u opiniones. Tiene como objeto enseñar a sus miembros los valores de rectitud, de responsabilidad personal, de mejora moral de la persona y, a través de ésta, mejorar a la Humanidad. Tal tarea la lleva a cabo a través de los rituales propios de cada grado. Lucha constantemente por la búsqueda de la verdad, el desarrollo de la ciencia, la conquista de la Libertad, desde una posición pacífica y legal, pero manteniéndose firme contra el despotismo político y el fanatismo religioso. Hay que tener presente que la Masonería, no es un Club, ni es una Organización Benéfica (aunque hace beneficencia) y al ser una Asociación diversa ideológicamente, no propone una acción determinada sobre la sociedad, pero si propone unos valores de cuya presencia en la sociedad pretende hacerse valedora y testigo, sin ningún exclusivismo: valores de tolerancia, libertad, paz, filantropía, defensa de los derechos humanos que exigirán bastante de sus miembros sin retribución alguna.
A menos que estemos equivocados, a ninguna de estas interrogantes se ha encontrado hasta la fecha respuesta satisfactoria. Algunos estudiosos de la Orden le atribuyen origen egipcio, remontándose al primer imperio faraónico, hay quienes piensan encontrar el origen entre los Caballeros del Temple o aún remontarlo a los constructores del templo de Salomón, a los esenios o a otras sectas judías, pero estas solo son suposiciones o conjeturas discutibles ya que carecen de fundamento histórico. La mayoría de los tratadistas vinculan el nacimiento de la Masonería a las corporaciones medievales de albañiles, las primeras de las cuales se organizaron en Lombardía hacia el siglo X, y llegaron a tener gran auge en el siglo XIII. Por otra parte, los mismos autores de estas hipótesis reconocen que no han podido penetrar en el secreto de la Masonería por falta de documentos en los archivos.
En la Francmasonería sus miembros están divididos en grados o, por decirlo de otra manera, diferentes niveles de progreso y de compromiso, de obligaciones y derechos. Cada grado se suele distinguir por un determinado ritual, por unos signos de reconocimiento y por una lección moral específica de cada uno.
La antigua Masonería conoce tres grados: el de aprendiz, el de compañero y el de maestro masón. Sin embargo, con el tiempo, y debido a la expansión por el continente europeo de la Masonería durante el siglo XVIII, aparecieron nuevos grados o nuevos sistemas de grados.
Sus principios son Libertad, Igualdad y Fraternidad. Libertad de la persona y de los grupos humanos, ya sean instituciones, razas o naciones y en todos sus aspectos, es decir, libertad de pensamiento y libertad de movimiento. Igualdad de derechos y obligaciones de los individuos y grupos humanos sin distinción de religión, raza, sexo o nacionalidad. Fraternidad entre todos los hombres y entre todos los pueblos y naciones, porque todos los seres humanos nacen libres e iguales en derechos y en dignidades.
Si, la Declaración de Principios aprobada en su momento por una Asamblea Masónica dice: “La Masonería es una institución esencialmente filosófica, filantrópica y progresista. Son sus principios: La Libertad, La Igualdad y La Fraternidad” “Se propone la investigación de la verdad, la perfección del individuo y el progreso de la humanidad” “Considera que la moral es tanto un arte racional, como un fenómeno evolutivo propio de la vida colectiva, que obedece a las leyes naturales. Reconoce al Gran Arquitecto del Universo como símbolo de las supremas aspiraciones o inquietudes de los hombres que anhelan captar la esencia, el principio y la causa de todas las cosas. Para el esclarecimiento de la verdad no reconocer otro límite que el de la razón humana. Exige de sus adeptos la más amplia tolerancia y por ello respeta las opiniones políticas y las creencias de todos los hombres.” “Reconoce que todas las comuniones religiosas y políticas merecen igual respeto y rechaza toda pretensión de otorgar situaciones de privilegio a ninguna de ellas en particular”. “La Masonería, institución esencialmente humana, trabaja sin tregua por el logro de sus fines, buscando una estructuración más armónica de la vida sobre bases de amor y de justicia social” “Viene actuando, por ello, desde el fondo de los tiempos, como el recto resorte que acelera la evolución teniendo en cada etapa de la historia una finalidad determinada de acuerdo con las necesidades y aspiraciones del ambiente. Punta de lanza de un anhelo proyectado al porvenir, sus esfuerzos del pasado han contribuido a los progresos de que goza el presente. Aspira por la evolución y el esfuerzo organizado de la sociedad al perfeccionamiento cada vez mayor de las instituciones sociales, transformándolas en las que satisfagan, dentro de un régimen de libertad, justos anhelos de mejoramiento”. “Procura por todos los medios lícitos a su alcance, dignificar al hombre capacitándolo, por un desarrollo superior de la conciencia, para el mejor y más amplio uso de los derechos y libertades”. “Condena la intolerancia, abomina el fanatismo y declara su repudio por los regímenes de fuerza y de violencia como contrarios a la razón y denigrantes para la especie. Reconoce en la fraternidad la condición primordial del género humano, es substantivamente pacifista y considera a la guerra como un crimen horrendo”. “Estima que el trabajo es un deber esencial del hombre y como tal le dignifica y le honra, sin establecer distingos ni categorías, pero juzga que el descanso es un derecho y se esfuerza porque la vejez, la invalidez, la infancia y la maternidad gocen de los beneficios del amparo colectivo a que son acreedores”. “El Supremo Consejo del Grado 33º y último del Rito Escocés Antiguo y Aceptado para España es soberano e independiente de cualquier otro cuerpo, pero podrá celebrar pactos y convenios con otros cuerpos masónicos regulares del mundo y reservar para sí el derecho exclusivo de legislar sobre el filosofismo de toda su jurisdicción dentro de los usos, costumbres y ceremonias transmitidos desde la antigüedad”.
La Masonería no tiene dogmas, tiene principios e ideales, cultiva virtudes, pero siempre con la máxima amplitud de criterios. El dogma, como verdad revelada o principio innegable, está en las antípodas de la Masonería que no reconoce otro límite que la razón para acceder al conocimiento.
Aprendemos mediante símbolos y el velo de alegorías, siendo la logia el microcosmos y el macrocosmos. El hombre es el microcosmos y participa del macrocosmos. Sin macrocosmos no hay hombre. Tendemos a progresar hacia la Unidad, desde una metodología dual, con inteligencia concreta en el mundo profano, con inteligencia abstracta y mediante símbolos y alegorías en los niveles de aprendiz y compañero, mediante el conocimiento del silencio o del amor, que empezamos a aprender al iniciarnos, observándonos atentamente, conociéndonos, pero ya sin sacar conclusiones, ni comparaciones, propio de un sistema dual, sino actuando desde la armonía con todo y con todos, actuando con sabiduría, llegamos a la maestría. Con un sistema dual de conocimiento, que suele ser el desarrollado en la escuela o en la Universidad, se producen distintas morales, según sean las culturas de los pueblos. No se crea una autentica libertad, sino subordinados, justificando la autoridad del mando, no la autoridad del conocimiento con sabiduría. La autentica libertad se obtiene cuando conocemos, no digo creemos, digo conocemos lo que realmente somos y no se conoce lo que no se ama. Mención de autoría Fuente: Publicado en Gran Logia de España. Autoría: Dirección de Comunicación.